Page 58 - Boletín 158
P. 58
58 Carretería - Cuaresma, 2013
Porque la muerte no es más que la trage- humano sino por medio de una vivencia de
dia de la soledad última y definitiva, de la fe. De aquí que tu sepulcro vacío “habla”
que pregustamos cada vez que, en nuestra no a nuestro intelecto, sino a la conciencia
vida mortal, está ausente una palabra de y al corazón del hombre abierto a la tras-
consuelo; es la tiniebla total, donde habita cendencia.
el olvido, que no puede ser iluminada por Con esta mirada, al contemplarte Cru-
el amor. cificado el Viernes Santo y resucitado la
Pero esta soledad insuperable y aterra- mañana de Pascua a un tiempo, compren-
dora ha sido derrotada desde que tú, el demos que nuestra verdadera patria es el
amor, descendiste a las regiones del aban- cielo, junto a ti, Santísimo Cristo de la Sa-
dono y de la muerte habitando la tierra de lud, que estás sentado a la derecha de Dios
nadie de la soledad, prendiendo la chispa Padre, en la plenitud de tu majestad, de la
de la vida en medio de la muerte. ahora se que emana la gracia, que no nos redime
entienden las palabras del salmista: “aun- sólo del pecado, sino también de la muerte,
que bajase a los infiernos, allí estás tú”. devolviendo los muertos a la vida. en esa
así, de tu sepulcro, arranca el octavo nueva vida tuya, en definitiva, estamos se-
día, el primero de la semana de la recrea- guros de encontrar nuestra auténtica vida;
ción, de la vida definitiva en tu resurrec- en tu resurrección vemos implícita nuestra
ción. Por eso, el sepulcro vacío es para propia resurrección.
nosotros prueba visible y evidente de tu así, cualquier perspectiva con que con-
victoria sobre la muerte, mientras que será, templemos tu cruz desnuda y tu sepulcro
hasta el fin de los tiempos, un enigma in- vacío se muestra insuficiente, a no ser bajo
quietante para los que intenten explicarlo la luz trascendente y sobrenatural de la
desde una perspectiva natural. revelación de Dios. Pues no se trata de la
en la mañana de Pascua se nos presen- muerte de un hombre ordinario, no se trata
ta, como la otra cara de una misma mone- del despertar de una extinta vida humana,
da, una imagen enteramente nueva tuya sino de la irrupción creadora de la vida di-
como Señor, el Kýrios, el mismo Dios que vina sobre la naturaleza humana, que eres
se revela en todo su poder. La nueva, ple- tú mismo, Santísimo Cristo de la Salud.
na y definitiva vida nace así de tu muerte Desde el tercer día después de tu sepultu-
autodonada, aceptada por voluntad divina. ra, al unirse de nuevo en una vida plena
La fe en la resurrección, que parte de tu cuerpo y tu alma, iluminas y glorificas
tu sepulcro vacío, es el amén del Padre a tu la naturaleza humana con el resplandor del
obra en la tierra, el triunfo glorioso de una Padre Dios.
vida divina, el inicio de una realidad nue- en la contemplación de la cruz y del se-
va en la que nos sumergimos los creyentes pulcro vacío, el espacio y el tiempo dejan
bautizados, y de la que, por vivir insertos ya de esclavizar nuestra humana conditio,
en ella, no necesitamos prueba. tu muerte abriéndose el horizonte nuevo de la eter-
es nuestra muerte para que tu resurrección nidad; se ilumina el abismo de la muerte,
sea nuestra resurrección. al llenarlo tú, la misma Vida; se desplaza
Puesto que esta nuestra fe es esencial- el centro de gravedad de la tierra al cielo, y
mente sobrenatural, infundida por el espí- todo pasa a ser secundario, frente a la evi-
ritu de Dios, sólo puede arraigar y prospe- dencia del reino de Dios que se hace rea-
rar en nuestros corazones si los elevamos lidad en ti, Santísimo Cristo de la Salud,
hacia ti, Santísimo Cristo de la Salud, con nuestro Señor y nuestro Hermano, que vi-
limpieza y humildad. Por eso tu resurrec- ves y reinas, llagado, resucitado y glorioso,
ción no puede ser objeto de investigación con el espíritu Santo, y eres Dios por los
científica ni asumida por el entendimiento siglos de los siglos. amén.
58