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60 Carretería - Cuaresma, 2013
explicaciones lógicas sobre el origen del uni- verdadero y bueno, pero para comprender su
verso, más próximo al accidente cósmico que belleza no hay mejor aliado que nuestra Se-
al contenido del Génesis. Pero lo que toda- mana Santa.
vía no ha explicado la Ciencia, ni siquiera la La belleza es la puerta de entrada que nos
ciencia filosófica, es el sentido de la vida, el conduce a la Verdad y a la Bondad. Por ese
porqué de nuestra existencia. Para ello nece- motivo las hermandades han sobrevivido du-
sitamos la fe y la confianza. rante siglos y continuarán vivas mientras las
Puede incluso que la confianza supla las puertas de la belleza de sus imágenes y pasos
carencias de una fe templada o heterodoxa. sigan abiertas a todos los corazones sensibles
antonio García Barbeito nos lo explica con y necesitados de esperanza.
sublime belleza en estos versos de su Pregón entre la Gloria sevillana que cantó Car-
de Semana Santa: los Herrera y el Paraíso estrenado por Dimas
sólo hay un suspiro. Suspiro eterno y de un
“No dejes mi esperanza sin salida tiempo cernudiano, que cada primavera nos
si acaso no me hallaras en la vida invita a confiar en Él, a fiarnos conjuntamen-
ven a buscarme donde esté mi muerte” te en definitiva.
el paso de misterio de La Carretería nos
Dimas probablemente no encontró a Je- ilumina (María es la Luz) sobre la necesa-
sús en la vida, pese a las historias y leyendas ria confianza en el mensaje de Salvación.
apócrifas que relatan un posible encuentro el Buen Ladrón convierte su cruz en vida,
durante la huida a egipto de María, José y el mientras que su compañero de fechorías ago-
Niño. Dimas fue un bandido, un malhechor ta la vida en su cruz.
que reconoce el merecimiento de su cruel
castigo. Pero encuentra la Vida durante su José Álvarez Marcos
muerte.
“Acuérdate de mí” es la petición esperan-
zada de Dimas que conecta con uno de los
grandes valores del mundo de las Hermanda-
des. el sentido de la Semana Santa, según la
concibe y ama Sevilla, no es tanto para acor-
darnos de Cristo, que debe ser tarea cotidia-
na de todos sus seguidores, sino para pedirle,
desde la confianza en su muerte redentora,
que Él se acuerde de nosotros.
el evangelio de Sevilla, hecho cofradía y
sentimiento popular, nos invita a fiarnos de
Cristo, como hicieron María y Dimas. Una
confianza que ya no es necesariamente cie-
ga, sino ilustrada y apoyada por estos ejem-
plos. Una confianza que se traduce en una
esperanza que debemos proclamar, como nos
exhorta Pedro en su primera Carta: “Estad
siempre prontos para dar razón de vuestra es-
peranza a todo el que os la pidiere”.
La vieja escuela filosófica, basada en la es-
colástica, nos enseña que los trascendentales
del Ser, lo que constituye su esencia sobresa-
liente, son tres: la verdad, la bondad y la be- s. bendala
lleza. Podemos hablar desde la fe de un Dios
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