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Carretería - Cuaresma, 2013
MEDITACIÓN DE LAS CINCo LLAGAS
LA PARADoJA DE LA CRUZ
RAMÓN DE LA CAMPA CARMoNA
3 DE MARZo DE 2012
Ecce lignum crucis in quo salus mun- clavos de las ingratitudes de los que más
di pependit, Venite, adoremus. amo? ¿Por qué yo, como tú, tengo que su-
frir la soledad de las ausencias del desamor
y de la muerte? ¿Por qué tengo que experi-
Santísimo Cristo de la Salud, por más
vueltas que le dé, por más que me lo repi- mentar la angustia de la fatiga y la enfer-
medad? ¿Por qué, Señor, por qué?
tan, por más veces que contemple tu imagen
crucificada, nunca alcanzaré a comprender Pero cuando te contemplo en vez de en
el abismo de tu misericordia, que brota – un trono en un patíbulo, revestido de la
sangre y agua- por la llaga de tu costado, púrpura de tu propia sangre y con una co-
manantial medicinal del que recibimos la rona de espinas, no tengo más remedio que
salud. desechar las confiadas y falsas expectativas
Sí, Señor, tú lo sabes. Porque también del Domingo de ramos.
tus discípulos, como yo, egoístas y atados aunque conmocionado radicalmente
a la tierra, querían otro Mesías. Deseaban por la incomprensión y por la desolación
compartir éxito, poder, dominación… con del abismo insondable del dolor, de la sole-
esa imagen falsa tuya, a nuestra imagen y dad y de la muerte, por la fe, sólo por la fe,
semejanza, espejismo de nuestra naturale- gracias a la fe, que tú me regalas, Santísi-
za, dañada por el pecado. mo Cristo de la Salud, veo demasiado clara
e íntimamente el dedo de Dios en tu vida
Y aún hoy la cabeza me sigue dando y en tus obras. Por eso es necesario que,
vueltas. aunque recién nacido lo primero como María, acoja en lo más íntimo de mi
que hicieron sobre mi frente fue la imagen ser este mensaje; que, como los discípulos,
de la cruz, aunque estoy acostumbrado a me reúna con los hermanos, en el Cenáculo
contemplar tu imagen en esa vieja estampa del corazón, a madurar el escándalo de la
en blanco y negro que conservo desde chi- cruz.
co, no alcanzo a entenderlo, no.
esa cruz que, con sus cuatro brazos,
Por qué, un Cristo sufriente, varón de abraza los cuatro puntos cardinales, las
dolores, por más que tú te empeñes en cuatro dimensiones del universo. esa cruz
demostrar que esa es la voluntad de tu Pa- que, a partir de su corazón, se expande ha-
dre, que aceptas voluntariamente como la cia la altura, hacia el Cielo, para que derra-
más alta manifestación de amor. Por qué me su gracia sobre nosotros. esa cruz que
en ti, Santísimo Cristo de la Salud, aun- se expande hacia la profundidad, hacia el
que nuestra limitación y nuestro egoísmo abismo, para que sane desde la raíz nues-
no lo quieran aceptar, en ti: escupido, tro ser maltrecho. esa cruz que se expande
golpeado, llagado, coronado de espinas, hacia la longitud, hacia los confines de la
clavado en un madero, por la sinrazón del tierra, para guiar a la humanidad peregri-
misterio del mal, se revela la verdad del na. esa cruz que se expande hacia la la-
hombre. titud, hacia el mar de la tiniebla y el sin-
¿Por qué yo tengo que sufrir como tú? sentido, para arrojarle luz hacia el puerto
¿Por qué yo, como tú, tengo que asumir los seguro.
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