Page 52 - Boletín 160
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Carretería - cuaresma 2015
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                    Carretería - cuaresma 2015



              Después de la impresionante oración que acabamos de oír, dedicada a las Cinco Llagas de Cristo;
       después de la predicación de los días del solemne Quinario y de la Función Principal, mi misión aquí
       precisamente no es seguir predicando. Nunca comprendí a los seglares  predicadores que tanto se prodigan,
       convirtiendo el atril en un púlpito.

              Por esto, sobreponiéndome a la seriedad del acto, voy a exponeros mi meditación según mi particular
       criterio.

              Cristo de la Salud, permíteme que haga un trasunto de tus Sagradas Llagas, y las compare con la
       realidad que nos depara la vida. Lo voy a decir con lenguaje de la calle, no sé otro; no tengo locución
       radiofónica ni rica prosa, pero creo  que se me va a entender.

           - Una llaga que se abre, hiriente y dolorosa, impensable hace unas décadas y que supura a veces años
             hasta su curación, es la que se produce en el seno de las hermandades cuando se presenta mas de un
             candidato para regirlas. Rara es  la corporación que no la ha padecido y si no hay voluntad y talento
             para afrontarlas, la convivencia se hace imposible y la palabra hermandad es un sin sentido.

             La mayoría de los perdedores no vuelven más, poniendo en evidencia su cariño y devoción por lo que
             tanto lucharon. Ya no les importa   la hermandad y lo que es peor, sus titulares. El colmo de los
             despropósitos, es la figura del ganador vengativo que se dedica a destituir a colectivos arraigados en la
             corporación, dando carnaza a incultos comentaristas que se escudan en el anonimato, y nuestra
             Cuaresma, tan rica en matices, se pierde con noticias absurdas.

           - Otra lacra y otra llaga, es la politización de nuestras instituciones, llegando a adquirir sus dirigentes
             unos protagonismos impropios, lejano a la misión para la que fueron elegidos.

             Hay que estar para servir y disfrutar; servir a la hermandad y a los hermanos y disfrutar de esta con la
             devoción y la amistad.






























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