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Carretería - Cuaresma 2016
Déjame la puerta abierta Costalero, acólito, nazareno de cirio,
para que pueda volver a entrar portador de insignia, penitente…
a tu casa en Nazaret, donde ella te esperaba. Deja que tu Madre me diga lo que quiere de
Déjame encontrarla en esa Soledad mí.
que nosotros hemos convertido en palio Y que me eche en cara todo lo que quiera,
para que sienta en los varales nuestra fuerza que para eso es mi madre y a una madre se
que la abriga y la acompaña por las calles. le aguanta todo,
Déjame a tu Madre. aunque cuando somos jóvenes no sepamos
Ella, si pudiera, entraría por tus llagas aceptarlo.
para tenerte cerca y oírte respirar. A una mujer se le concede todo,
Como todas las madres. Todo lo que pida y todos sus caprichos.
Pero no puede, porque siendo divina, es Y ese palio que ella tiene, fue porque se le
también humana. encaprichó.
Yo soy de Dios, pero soy un hombre. Por ser más Madre, simplemente.
Y todos los simplemente del mundo fueran
Y no alcanzo más que a elevar los ojos como ese.
y a extender las manos preguntando
por qué tanta muerte sin venciste, Déjame a tu Madre,
por qué tanta derrota si estás vivo, sólo por hoy,
por qué tanta amargura si te olvidas como se presta
y el dulce relamer de tu recuerdo lo que se quiere
sabe a miel y a canela y hierbabuena. cerca de uno.
Jesús, déjamela,
Déjame a tu Madre te la devuelvo
que vamos a sentarnos junto en cualquier antes que nazcan
rincón los azahares,
a seguirnos preguntando por qué y para qué de cinco pétalos.
todo esto y todas estas llagas. Cinco minutos,
No tendremos respuesta. cinco caricias,
Guardaremos silencio. cinco oraciones…
Y pasarán las tardes como pasan las Sé que no es mía…
bandadas Yo por tus llagas
de pájaros haciendo serpentinas te pediría,
encima de las nubes con formas de humo. que me las entregues.
Si me la brindas,
Déjame a tu Madre. Mayor Dolor
que quiero cambiarle los cardos no habrá en su vida
por ramos de rosas llevados a tiempo ni Soledad
y a no a una tumba que no habla y que no que ella es indigna.
abraza. Yo la acompaño donde Ella diga.
Que quiero quitarle el pañuelo Tus cinco llagas
porque tenga las manos libres para amar, son la consigna
no como nosotros, que las ocupamos Y ella me dice:
con esos teléfonos vacíos, ídolos de nuestro Carretería.
tiempo.
Déjame a tu Madre,
porque no tienes nada mejor que hacer
ya que estás ahí y tus milagros
sólo hacen reír a los judíos que te insultan.
Déjame a tu Madre, Francisco Javier Segura Márquez
o más bien, déjame que yo me entregue a
Ella.
Que me ponga a su servicio.
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