Page 41 - Boletín 162
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Carretería - Cuaresma 2017


       acaso también se partiría un día. Por eso cuenta que exclamó pidiendo a Dios la eternidad, y
       que  vio  a  Dios  como  el amor  no  conseguido  en  este  mundo, como  el amor  nunca  roto,
       triunfante sobre la astucia bicorne del tiempo y de la muerte, y confiesa que entonces amó a
       Dios como el amigo incomparable y perfecto. Después el poeta afirma que todo aquello había
       sido un sueño porque Dios no existe, se lo habían confesado tantas y tantas cosas muertas y el
       propio absurdo de su existencia.

              No permitas, Cristo de la Salud, mi caída en ese absurdo. Has de mí instrumento de la
       Esperanza y conserva mi Fe.

              Hermanos de la Carretería, mientras el Dios de las Atarazanas me conserve la Salud,
       estaré  a  vuestra  disposición  para  atender  no  solo  las  tres  necesidades  de  María  sino  las
       muchas necesidades que sé pretendéis atender en cumplimiento no solo de vuestras reglas
       sino de la regla única del amor que se derrama de las cinco misericordiosas llagas de vuestro
       Cristo.

                                                                Enrique Henares Ortega















































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