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Carretería - Cuaresma 2017
acaso también se partiría un día. Por eso cuenta que exclamó pidiendo a Dios la eternidad, y
que vio a Dios como el amor no conseguido en este mundo, como el amor nunca roto,
triunfante sobre la astucia bicorne del tiempo y de la muerte, y confiesa que entonces amó a
Dios como el amigo incomparable y perfecto. Después el poeta afirma que todo aquello había
sido un sueño porque Dios no existe, se lo habían confesado tantas y tantas cosas muertas y el
propio absurdo de su existencia.
No permitas, Cristo de la Salud, mi caída en ese absurdo. Has de mí instrumento de la
Esperanza y conserva mi Fe.
Hermanos de la Carretería, mientras el Dios de las Atarazanas me conserve la Salud,
estaré a vuestra disposición para atender no solo las tres necesidades de María sino las
muchas necesidades que sé pretendéis atender en cumplimiento no solo de vuestras reglas
sino de la regla única del amor que se derrama de las cinco misericordiosas llagas de vuestro
Cristo.
Enrique Henares Ortega
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