Page 39 - Boletín 162

Carretería - Cuaresma 2017

ocasiones envalentonados, ya han perdido todo el valor y te habían abandonado en tu
cautividad. Tres mujeres valientes, como las que hoy pretenden mantener la institución de la
familia como primera célula de la propia sociedad y que resultan ejemplo para la educación en
la ética y la moral a los hijos. Protege en ellas, Cristo de la Salud, a todas las mujeres, templos
de la vida y hoy pasivas protagonistas de la violencia que, después de enseñorearse de la
sociedad, se ha instalado en la institución del matrimonio y la familia. Tres mujeres a la espera
de la bendición única que emana en sangre de la llaga de tu costado, “lanza de luz nocturna en
el costado”, que dijera el poeta. Y nosotros aquí, sin decidirnos a aliviar el dolor de tu costado
que es el dolor de tantos y tantos hermanos a los que por dolerle les duele hasta el alma.
Haznos Misericordia, Señor, para poder ayudar a los que tanto se duelen.

Solo un discípulo en el cortejo de tus cinco llagas y las tres necesidades de tu Madre de
la Luz. Juan, joven y proclamado el hijo universal que a todos nos representa. Por eso
acompaña a tu Madre que no puede ser sino la representación de la pena pero amparando con
su luz nuestra noche oscura del alma. Por eso, Cristo de la Salud, desde aquí te pido seas
soporte de tantas madres como hoy ven morirse a sus hijos hundidos en la podredumbre del
vicio y la droga, del paro y la incomprensión, de la enfermedad y el abandono, de ese
abandono de Dimas que supiste recompensar desde la Cruz asegurándole compartir el
paraíso. Cuerpo de atleta muerto y costado abierto, reguero de sangre que ha convertido la
tierra pedregosa en jardín de lirios, y que cae sobre nosotros como el bautizo del nuevo
nacimiento a la fe que tanto costaba entender al bueno de Nicodemo.

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