Page 42 - Boletín 164
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Colaboración


       LA MIRADA DESDE ABAJO

              El instante está cargado de la misma intensidad de siempre. La ausencia de luz y el eco
       de  sonidos  lejanos  invitan  a  la  concentración, a  pesar  de  que  algunos  se  cuelan  por  los
       respiraderos. La  tensión, la  responsabilidad y  los  sentimientos  que  sobrepasan  la  piel
       despiertan el olor más puro, el más humano. No hay miedo, es solo un respeto que se afronta
       acompañado por los mejores, a pesar de que la soledad más inflexible te despoja de todas las
       armas momentos antes de producirse la primera “llamá”.

              Es la primera, pero en realidad no deja de repetirse en la “narración interior” del
       nuevo Homo Deus que nos descubre el historiador Noah Harari, y que va escribiendo el relato
       de nuestra vida. La he escuchado antes, hace casi 40 años, en aquellos primeros hermanos
       mandados por Pepe Andreu y Paco Nacido que abrazaron la valentía más inconsciente sin las
       “comodidades” actuales, con cuadrillas escasas y parihuelas incomodas y pesadas. Antes de
       que se desate la fuerza que dará vida al paso, hay que sumergirse en el inframundo y bajar a los
       infiernos para depurarse. Es ahí cuando surgen las voces jóvenes, inquietas y trémulas de
       Lorenzo Trujillo, Enrique Fernández, Pepe Santoveña o Alfonso Leal que acompañan a otra
       más familiar, la misma que reverberaba en el interior del vientre materno en la primera tarde
       del Viernes Santo.

              Un golpe duro y seco rompe la burbuja transportándote al presente, a la lucha en la
       trabajadera  contra  el peso, que  suele  ganar  la  partida  por  abatimiento, aunque  siempre
       queden en pie la dignidad y una devoción insondable a la imagen, a los ritos y a la familia que
       permiten que el paso entre con el mismo “son” que con el que salió. Atrás quedan los retazos
       del romanticismo de los Montpensier bajo un sol que baña a la cofradía en sepia, las melodías
       musicales  que  recuerdan  a  llantos  fúnebres, la  seriedad y  compostura  no  impostada  del



































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