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Carretería - Cuaresma 2016
Todos conocemos el relato del descubrimiento de la Virgen de la Luz, hacia 1550, y
como se configura como origen de nuestra hermandad. Hay que recordar que esta historia se
conoce a través de un documento, el testimonio de antigüedad dado a instancias de Marcos
Sánchez en 1640, esto es, unos noventa años después de los hechos. En este texto se relata el
descubrimiento de la imagen mariana, la devoción del entorno, su traslado al hospital de san
Antón y san Andrés, de los Toneleros y la fundación de una cofradía de gloria que, tras la
reducción de hospitales de 1584-87, se traslada a la iglesia de san Miguel y posteriormente a la
del colegio de san Francisco. En estos momentos se produce la transformación en hermandad
de penitencia, antes de 1592, pues en el acuerdo con los frailes mínimos se hace constar la
obligación de estos de acompañar a nuestra cofradía el Viernes Santo. Por repetirse el dato en
las reglas posteriores, conocemos que la hermandad redacta unas reglas aprobadas en 1586,
aunque ignoramos si corresponden a una corporación de gloria o de penitencia.
De la documentación referida a la reducción de hospitales, recogida por García de la
Concha y por Pérez Guerra, conocemos interesantes datos sobre la institución que acogió a
nuestra hermandad en sus primeros momentos, según el testimonio de Marcos Sánchez. Es
interesante señalar que en estos documentos no existe ninguna alusión a la hermandad de
gloria o de penitencia de Nuestra Señora de la Luz, o de las Tres Necesidades. En la iglesia del
hospital de Toneleros solo existe una imagen de María, con el Niño, de vestir, con la
advocación de Nuestra Señora de los Remedios. Se podría pensar que no existe referencia a
nuestra hermandad porque era una institución independiente, y que, por ello, no se
inventarían sus bienes. Sin embargo, hay que hacer constar que si se controlan bienes que no
son de la corporación propietaria de hospital, como los bancos que el Arzobispado devuelve
al Fiscal de los Moriscos, que habían sido pagados por esta comunidad para poder oír misa en
la iglesia del hospital. Ciertamente todas las referencias son a la cofradía y hospital de san
Antón y san Andrés, cuya existencia se documenta, al menos, en 1517.
A partir de estos datos conocidos, las hipótesis pueden llenar las lagunas de la
historia. Hay un hecho que, en este momento, merece la pena reseñarse: el motivo por el que
Marcos Sánchez se propone realizar su relato recogiendo testimonios de personas que
conocían los hechos acaecidos, aunque fuera de segunda mano. El documento se realiza para
responder a un intento de la comunidad de mínimos de san Francisco de Paula de adueñarse
de la imagen de la Virgen de la Luz. El motivo de demostrar la propiedad y la distancia
temporal de algunos de los hechos relatados, al mismo tiempo que exaltar la importancia de
la imagen y de su hermandad, pudieron “enmascarar” algo los hechos, en relación con el
origen de la institución. Aunque no tengo pruebas que lo demuestren, del propio devenir de
los acontecimientos creo que la cofradía de Nuestra Señora de la Luz no se crea a partir de
1550, con el descubrimiento de la venerada imagen, sino que es una transformación de la
cofradía de san Antón y san Andrés, que, al perder su hospital, se transforma en una
hermandad devocional de gloria, bajo la advocación mariana de la Luz; las causas de esta
“evolución” pudieron estar motivadas por el miedo a perder la imagen mariana (podría ser la
causa del cambio de advocación) y su identidad corporativa al no tener ya su finalidad
fundacional. Hay que señalar que, aunque la reducción de hospitales no presuponía la
desaparición de las cofradías que los mantenían, no se ha localizado ninguna referencia
posterior a la hermandad de san Antón y san Andrés.
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