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El hermano Mayor


       CARTA DEL HERMANO MAYOR














            Estimado hermano en Cristo:

            El devenir  cada  vez  más  apresurado  de  nuestro  día  a  día, las  tecnologías  que  nos
       invaden e incluso nos dominan, la crispación social, política, económica…. Las redes sociales
       que nos quieren “pescar”, tantas y tantas cosas que nos aturden y nos complican. Ahora llega el
       momento de aparcar todo eso a un lado porque ahora empieza otro tiempo, el tiempo de la
       Cuaresma.

             Los cofrades lo sabemos bien, conocemos la fecha exacta del inicio de la Cuaresma
       desde el año anterior, sabemos si caerá “alta” o “baja”, si las cabañuelas fueron favorables, si
       habrá novedades en los templos, en los predicadores, en los altares… tantos y tantos detalles
       previstos y preparados. Pero el cofrade anticipa algo más. Sabe que el morado también nos
       vestirá por dentro, lo sabe. Machaconamente lo ha ido escuchando año tras año, y aún sin
       darse cuenta, cada bendito Quinario y cada bendito Via Crucis, y cada Función y todos y cada
       unos de los cultos y actos que se celebran y que se lo han ido recordado, lo han terminado de
       configurar como persona y como cristiano. El cofrade ya no se podrá engañar a sí mismo
       durante la Cuaresma. Qué grande es la Cuaresma de nuestras cofradías, qué labor pedagógica
       tan valiosa, nuestros altares de Cultos son unas catequesis y las candelerías son sus altavoces.

            Así, sé que no faltaréis tampoco este año a nuestra cita con los Cultos Cuaresmales,
       unos días de encuentro fraterno, y también cómo decirlo- un “baño” de Carretería que nos
       empapa para todo el año, que tanta falta nos hace después. Cuando pasa la Cuaresma y la
       Semana Santa, pero la vida continúa: los afanes, las preocupaciones, los páramos espirituales
       en los que nos podemos encontrar en cualquier momento del año. En los meses en los que
       pudiera parecer que la hermandad sea la foto de un viaje que hicimos en primavera. Para esos
       momentos, os recuerdo que la Hermandad está viva todo el año. A diario hay luz en nuestra
       Capilla  para  una  visita  a  nuestros  queridos  Titulares  con  un  recogimiento  que  es  una
       bendición  para  quienes  acuden  a  ella; la  Eucaristía  cada  viernes, sábado  y  domingo; las
       actividades para niños y jóvenes; encuentros, visitas, formación… La Hermandad, os digo,
       está viva y plena, y cada hermano es acogido y recibido con alegría en la que es su casa.


             Este boletín es el último en el que me despido como Hermano mayor, cuando deje el
       cargo seguiré a título personal siempre a disposición de la Hermandad y de cualquiera de
       vosotros para todo aquello que preciséis y en lo que yo pueda ser de ayuda. No me explayo en
       agradecimientos  puesto  que  tenemos  aún  demasiado  reciente  la  Gala  de  los  Goya  y  mi

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